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Trastornos del Espectro Autista (TEA): etiología y terapias conductuales

Aunque aún no haya cura y los avances en investigación no son concluyentes, las terapias conductuales y los tratamientos farmacológicos son cruciales, ya que ayudan a disminuir los síntomas del Trastorno del Espectro Autista (TEA) y a normalizar el comportamiento de las personas que lo padecen.

Pablo, 12 años, tararea la misma canción una y otra vez. Marina, 16 años, se tapa los oídos con las manos. Antonio, 10 años, camina girando sobre sí mismo. Juan, 20 años, comenta con el conserje del centro el partido de fútbol de ayer. Fabián, 17 años, siempre lleva puesto su casco porque sufre ataques de epilepsia con frecuencia y un golpe en la cabeza podría ser fatal… Uno de estos chicos que llegan a las puertas del Centro Educativo de Educación Especial es Enrique. Sus ritmos en el aprendizaje son diferentes: cuando un niño empieza a leer, él aprende a controlar esfínteres; cuando el niño analiza oraciones complejas, él asocia palabras con dibujos…

Aunque todos padecen el mismo trastorno, cada uno de ellos tiene comportamientos y reacciones diferentes. El autismo es un gran desconocido que condiciona a muchas personas y a sus familias (a 1-2 personas de cada 1000). Es de suma importancia invertir en la investigación para saber cuál es el origen y cuáles pueden ser las posibles curas. Veamos cómo está la situación ahora mismo.

“Mis emociones son más simples que las de la mayoría del resto de personas. No sé lo que es una emoción compleja en una relación interpersonal. Solo comprendo emociones sencillas como ira, miedo, alegría y tristeza”Temple Grandin (autora autista)

El Trastorno del Espectro Autista  (TEA) es un trastorno neurobiológico del desarrollo (es decir, tiene su origen en el periodo de gestación) que afecta a la interacción social del individuo y a su comunicación (verbal y no verbal). Se caracteriza por la carencia de vínculos afectivos, patrones y comportamientos repetitivos y restrictivos (rutinas y rituales) y resistencia o dificultad para adaptarse a cambios en el entorno. Afecta cuatro veces más a hombres que a mujeres.

Hace poco años simplemente se llamaba autismo, pero como las formas clínicas son muy variadas y cada persona tiene una personalidad única, actualmente se utiliza el término espectro.  Se detecta durante los dos primeros años y dura toda la vida.

Subtipos

Hay cinco subtipos de autismo, según el DSM IV (Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales – Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders). Según el DSM-5, los primeros cuatro entrarían dentro de los Trastornos del Espectro Autista:

Trastorno autista: dificultades cognitivas y de comunicación/relaciones sociales.

Síndrome de Asperger: no presentan retraso a nivel cognitivo o de habla, de hecho, suelen tener un vocabulario complejo y lenguaje formal a una edad muy temprana. Las personas con Asperger suelen interesarse en un único tema (por ejemplo, modelos de automóviles) y exprimirlo al máximo (aprendiendo datos, hablando de ello todo el rato…)

Trastorno Desintegrativo Infantil: el niño se desarrolla con normalidad hasta los 2-10 años, edad en la cual sufren una regresión repentina de sus habilidades sociales, motrices y del lenguaje. Es poco frecuente.

TDG (Trastorno Generalizado del Desarrollo) No Especificado: comparte muchas características con el autismo típico, sin embargo no presenta todas las características para poder diagnosticarlo como tal. Es difícil de encuadrar clínicamente.

Síndrome de Rett: afecta a mujeres en la mayoría de los casos. Su causa suele ser una mutación del gen MECP2. Entre los 5-48 primeros meses de vida presentan una disminución en la velocidad del crecimiento craneal.

Historia

Las figuras más importantes en el estudio del autismo fueron Leo Kanner y Hans Asperger (ambos fueron psiquiatras pediátricos).

Desde 1938 Kanner comenzó a estudiar el comportamiento de un grupo de 11 personas (8 niños y 3 niñas) y vio que tenían en común comportamientos caracterizados por el obsesivo deseo de repetición de actos. Muchos de ellos también tenían una gran capacidad de memorización basada en la repetición. Tres de los once niños no hablaban.

En el estudio de Hans Asperger todos los niños hablaban y tenían intereses muy concretos e inusuales. Hans señaló que estos chicos hablaban como “pequeños profesores” y, de hecho, él mismo dijo: “Al parecer, se requiere un chorrito de autismo para el éxito en la ciencia o en el arte”

A partir de los hallazgos de Asperger y Kanner, numerosos médicos como Bruno Bettelheim, Lorna Wing, Eric Schopler , Uta Frith… han continuado investigando estos trastornos.

Etiología

Ha habido muchas teorías sobre la aparición de TEA (por ejemplo, la teoría del ‘papá-mamá nevera’, es decir, una relación fría y de falta de cariño por parte de los padres hacia los hijos). Actualmente se sabe que esto no es así. También se creyó que había una relación entre las vacunaciones (en concreto la vacuna triple viral) y la prevalencia de este trastorno, pero se han realizado numerosos estudios que respaldan que no la hay.

Lo cierto es que los factores que intervienen en la aparición de este trastorno son desconocidos hoy en día y hace falta mucha investigación al respecto. No tiene una única causa, sino varias. El factor genético es concluyente. La probabilidad de padres que han tenido un hijo autista de tener otro es mayor que la del resto de la población. Se han encontrado genes relacionados con el autismo que también están implicados en la epilepsia (el SNC1A, el PCDH19 y el SYN1). Por ello, es bastante frecuente que las personas autistas sufran ataques epilépticos.

También se estudia la posibilidad de que los niveles de la hormona oxitocina (que regula los comportamientos sociales) o de algunos neurotransmisores (como la serotonina)  influyan en su aparición.

Asimismo, los factores ambientales (no genéticos) son determinantes, pudiendo afectar genéticamente al desarrollo de estas personas. Se han barajado factores como: padres de edad avanzada, malnutrición, alergias, problemas intestinales, intolerancias, consumo de fármacos por parte de la madre durante el embarazo, radiaciones electromagnéticas y ambientales, intoxicaciones por plomo y mercurio (a través de timerosal, que es un preservante en vacunas y contiene mercurio)…

Diagnóstico

Todos los TEA se manifiestan durante los primeros 30 meses de vida. Aunque se presentan de manera distinta dependiendo del caso, para diagnosticarlos hay que tener en cuenta varios aspectos, como las alteraciones en la comunicación y relaciones sociales y un conjunto de patrones de comportamiento. La apariencia física es normal en la mayoría de casos. Las señales que pueden indicar la presencia de este trastorno son:

– Alteraciones en el lenguaje.

– Dificultad en la interacción social.

– Dificultades en la comunicación (verbal y no verbal). Ecolalia.

– Resistencia y angustia ante los cambios (necesidad de seguir los mismos rituales).

– Comportamientos estereotipados.

– Contacto visual y lenguaje corporal anormales.

El TEA suele ir acompañado de otros problemas de salud como ansiedad, insomnio, hiperactividad, trastornos del estado de ánimo (depresión), epilepsia, trastorno obsesivo compulsivo…

Tópicos erróneos

Actualmente existen una serie de creencias erróneas sobre las personas con TEA. Algunas de las más frecuentes son las siguientes:

-“Son así porque sus padres no les quieren”. Ya ha quedado claro (en el apartado de etiología) que la ‘teoría del papá-mamá nevera’ ha sido rechazada por la comunidad científica.

-“Tienen retraso mental” o “Todos son genios”. Tienen alteraciones cognitivas, pudiendo llegar a alcanzar un cociente intelectual normal y algunos de ellos poseen habilidades asombrosas.

-“Son insensibles ante las muestras de cariño”. Tienen dificultades en las habilidades sociales (como reconocer emociones), pero eso no significa que no tengan sentimientos, aunque los expresen de forma distinta al resto.

-“Son muy agresivos”. Las personas con TEA a veces se frustran ante los cambios en rutinas que les proporcionan seguridad, generando ocasionalmente respuestas agresivas a esa frustración.

Tratamiento

El TEA es un trastorno crónico que actualmente no tiene cura. Sin embargo es crucial la detección temprana y diagnóstico precoz para comenzar a realizar tratamientos individualizados (según la intensidad del trastorno) como la intervención psicopedagógica y aplicación de tratamientos farmacológicos. De esta manera, se pueden atenuar los síntomas y la calidad de vida de las personas que padecen este trastorno.

Algunos de los tratamientos conductuales son:

ABA (Applied Behaviour Analysis – Análisis de Comportamiento Aplicado)

Su objetivo es minimizar los comportamientos estereotipados y aumentar la normalidad de las relaciones sociales mediante técnicas conductuales. Implica la ayuda por parte de profesores, familia, compañeros, terapeutas… Consiste en reforzar un comportamiento positivo con alguna recompensa para que se vuelva a repetir.

ESDM (Early Start Denver Model – Modelo Denver de Comienzo Temprano)

Este método de intervención temprana intensiva fue creado por las psicólogas Sally Rogers y Geraldine Dawson. Su estudio ha demostrado que este programa puede normalizar la actividad cerebral de personas con TEA.

“Sabemos que los cerebros de bebés son muy moldeables y se ha demostrado previamente que esta terapia influye en el potencial de aprendizaje que tiene el cerebro de un bebé a fin de limitar los efectos nocivos del autismo”. (Sally Rogers). 

PECS (Picture Exchange Communication System  Sistema de Comunicación por Intercambio de Imágenes)

Este sistema fue diseñado por Andy Blondy y Lori Frost en 1985 y se basa en la utilización de imágenes y pictogramas para una mejor comunicación. Tiene seis fases: intercambio de una sola imagen por el objeto o la actividad que se quiere, generalización de esa nueva habilidad, selección de dos o más imágenes, construcción de oraciones a través de ellas (por ejemplo: ‘Quiero televisión’)… Todo esto se realiza a través de material fácilmente accesible para las familias (pictos y, por ejemplo, un corcho con una tira de velcro para ir pegando las imágenes/actividades y construir oraciones)

TEACCH (Treatment and Education of Autistic Related Communication Handicapped Children – Tratamiento y Educación de Niños con Autismo y Problemas de Comunicación Relacionados)

Se trata de un programa desarrollado por Eric Schopler y creado en 1966. Su principal propósito es preparar a las personas que tienen este trastorno para que lleven una vida más autónoma y normal en su familia, colegio y/o trabajo, estructurando el espacio y el tiempo para una mayor comprensión de estos por parte de personas con TEA.

Como conclusión cabe destacar que, aunque aún no haya cura y los avances en investigación no son concluyentes, las terapias conductuales y los tratamientos farmacológicos son cruciales, ya que ayudan a disminuir los síntomas de este trastorno y a normalizar el comportamiento de las personas que lo padecen.

Bibliografía

Información general (definición, diagnóstico, etiología, tratamiento, historia…)

Consulten estos enlaces:

Asociaciónpauta.org

Autismeurope.org

Autismo.com

Autismo.org

Autismspeaks.org

Blog ‘Curiosidad Social’

Fundacionadana.org

Kidshealth.org

Scielo.isciii.es

Wikipedia

Subtipos

Wikipedia.org – Asperger

Wikipedia.org – Síndrome de Rett

Wikipedia.org – Trastorno desintegrativo de la infancia

Wikipedia.org – Trastorno generalizado del desarrollo no especificado

Factores ambientales

Autismo.org

Estudios sobre la seguridad de las vacunas

Healthychildren.org

Factores de riesgo

Corticalchauvinism.com

Tiomersal (mercurio en vacunas)

Wikipedia

Tópicos

Autismo.org

Autismodiario.org

Temple Grandin (máquina de dar abrazos)

Wikipedia

Recuerdosdepandora.com

Método ABA

Autismoava.org

Método DENVER

Isep.es

Ucdmc.edu

Método PECS

Pecs-spain.com

Método TEACH

Blog Mimundoautista

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